Prestamos servicios en Nueva York y Long Island
Temer el miedo puede provocar más pánico; aquí te explicamos cómo detenerlo.
Pregunta:
Hace poco empecé a sufrir ataques de pánico y están empezando a interferir en mi vida diaria. Tengo miedo de salir en público o asistir a eventos sociales por miedo a sufrir un ataque. ¿Cuáles son algunas estrategias de afrontamiento que puedo usar para controlar estos episodios y recuperar la sensación de control?
Respuesta:
En primer lugar, quiero reconocer lo difíciles y aterradores que pueden ser los ataques de pánico. Comprendo lo que está pasando.
Si tienes ataques de pánico frecuentes o crónicos, es importante que busques ayuda profesional. Un terapeuta autorizado puede guiarte a través de opciones de tratamiento eficaces y, en algunos casos, es posible que te recomiende medicamentos para ayudar a controlar los síntomas. Ya que mencionaste que los ataques de pánico son algo reciente, asumiré que esto puede ser un desafío a corto plazo, aunque aun así merece atención.
Empecemos por entender qué es realmente un ataque de pánico. Por lo general, comienza con una sensación de preocupación o ansiedad. Esa preocupación inicial puede convertirse en una preocupación por la preocupación en sí misma. Este ciclo se intensifica hasta el punto en que el cuerpo reacciona: es posible que respires demasiado rápido o no lo suficiente, y esa respuesta física puede provocar síntomas como mareos, falta de aliento o incluso desmayos. Es el cuerpo el que responde a lo que percibe como un peligro, incluso si no existe una amenaza externa real.
Una vez que comprenda qué es un ataque de pánico, es más fácil reconocer que el ataque en sí mismo no es intrínsecamente peligroso. Si bien los síntomas pueden ser intensos y abrumadores, no ponen en peligro la vida.
El verdadero riesgo se presenta cuando se descuida el cuidado personal básico: si no duermes, comes o no cuidas tus necesidades físicas, esto puede afectar tu salud mental en general y, en raras ocasiones, provocar afecciones más graves, como un episodio maníaco. Pero, por lo general, eso solo ocurre en presencia de afecciones psicológicas subyacentes, lo que no parece ser el caso en este caso, ya que no has mencionado ninguna otra preocupación aparte del pánico.
Seamos claros: en circunstancias normales, si te estás cuidando (descansando lo suficiente, comiendo adecuadamente y manteniendo rutinas saludables), los ataques de pánico, si bien son angustiantes, no son peligrosos. Recuerda ese hecho. Saber que estás a salvo es el primer paso para recuperar el control.
Una vez que comprenda que un ataque de pánico no es peligroso, comienza a aflojar la espiral mental que a menudo provoca más pánico. El ciclo comienza cuando empiezas a preocuparte por tener otro ataque de pánico: ansiedad por la ansiedad en sí misma. Ese miedo es lo que en realidad puede desencadenar otro episodio. Pero cuando recuerdas que un ataque de pánico, si bien es incómodo, no es dañino, interrumpe esa reacción en cadena. Empiezas a quitarle el poder al miedo.
Incluso si se produce un ataque de pánico, ahora sabe que no necesita entrar en pánico por el pánico. No es peligroso. Con frecuencia, los síntomas físicos están relacionados con una respiración rápida o superficial, por lo que concentrarte en la respiración puede ayudarte a mantener la calma y recuperar la calma del cuerpo.
Al aprender a controlar la ansiedad antes de que se convierta en un ataque de pánico, ya has dado un primer paso importante. Sin embargo, es posible que aún haya una ansiedad más profunda que necesite atención. Has evitado el pánico, pero la ansiedad en sí misma aún merece atención y tratamiento.
Te deseo que sigas fortaleciéndote y sanando.
Baja sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial moderada
Alta sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial muy alta
0-15: Baja sensibilidad sensorial
Baja sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial moderada
Alta sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial muy alta
16-30: Sensibilidad sensorial moderada
Baja sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial moderada
Alta sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial muy alta
31-45: Alta sensibilidad sensorial
Baja sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial moderada
Alta sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial muy alta
46-60: Sensibilidad sensorial muy alta