Navegar por el mundo del autismo puede resultar abrumador, pero no estás solo. Muchos padres están emprendiendo este viaje. Aquí, profundizamos en los desafíos comunes relacionados con el trastorno del espectro autista (TEA) y le ofrecemos estrategias prácticas para mejorar la vida diaria y crear un entorno de apoyo para su hijo.
Los desafíos
El trastorno del espectro autista (TEA) se caracteriza por dificultades en tres áreas principales:
Interacción social: Dificultades para comprender las señales sociales y establecer relaciones.
Comunicación: Barreras en la comunicación verbal y no verbal.
Comportamientos repetitivos: Participar en acciones o patrones de pensamiento repetidos.
Afortunadamente, hay medidas concretas que puede tomar para superar los desafíos diarios y mejorar el bienestar de su hijo.
Dar sentido a los problemas sensoriales
Al criar a un niño con autismo, las sensibilidades sensoriales suelen ocupar un lugar central.
No se trata simplemente de preferencias o peculiaridades; son afecciones neurológicas profundamente arraigadas que afectan significativamente la comodidad y el comportamiento de un niño.
Los niños con autismo a menudo experimentan los estímulos que los rodean de manera diferente a como lo hacen sus
compañeros neurotípicos. Puede ir a cualquiera de los dos extremos:
Hipersensibilidad: El aumento de la sensibilidad a los estímulos, como los ruidos fuertes o las luces brillantes, puede causar molestias o incluso dolor.
Hiposensibilidad: La disminución de la sensibilidad puede manifestarse como una falta de respuesta al dolor o la temperatura, o la necesidad de una estimulación sensorial más fuerte, como la presión profunda.
Tenga en cuenta que el mismo niño puede experimentar hipersensibilidad en una zona e hiposensibilidad en otra.
Qué aspecto tiene
Estas son algunas de las situaciones a las que puede enfrentarse si su hijo tiene sensibilidad sensorial:
Sobreestimulación: Los niños pueden sentirse abrumados en situaciones que muchos de nosotros consideramos normales. Por ejemplo, un supermercado, con sus luces brillantes, su música de fondo y su gama de colores, puede ser una fuente de intenso malestar.
Dieta limitada: Los problemas sensoriales pueden extenderse a la hora de comer. Para los niños con sensibilidad, las texturas de ciertos alimentos pueden ser tan problemáticas como el sabor. Esto podría llevar al niño a limitar su dieta y generar preocupaciones con respecto a la nutrición.
Problemas con las transiciones: La sobrecarga sensorial no se limita a los entornos. Las transiciones, como mudarse de casa a la escuela, pueden ser estresantes y abrumadoras, y provocar crisis emocionales.
Desafíos del cuidado personal: Las actividades rutinarias, como ducharse o cortarse el cabello, son campos de batalla comunes. Un niño puede encontrar intolerable la sensación del agua caliente o el sonido de las tijeras al cortarse.
Estrategias sensoriales
Para superar estos desafíos sensoriales de manera eficaz, los padres pueden emplear una combinación de estrategias, que a menudo se implementan mejor con la orientación de profesionales de la salud.
Prueba la terapia de integración sensorial: Una de las terapias más eficaces es la terapia de integración sensorial, generalmente realizada por un terapeuta ocupacional. Se centra en desensibilizar al niño ante los estímulos que encuentra abrumadores y lo ayuda a adaptarse mejor a su entorno.
Modifique el entorno: En el hogar, las modificaciones ambientales pueden ser rentables e impactantes. Ya sea que se trate de usar interruptores de atenuación para controlar la iluminación o de establecer una «zona sensorial segura» con colores y texturas relajantes, estos pequeños cambios pueden ofrecer un alivio significativo a un niño. Consulta nuestro artículo sobre cómo superar la sobreestimulación para obtener más ideas.
Cree rutinas predecibles: No se pueden exagerar los beneficios de una rutina predecible. Cuando un niño sabe qué esperar, sus niveles de ansiedad disminuyen. Incluso el uso de ayudas visuales, como un programa diario con imágenes, puede tranquilizarlo y hacer que las transiciones sean más fluidas.
Considera una dieta sensorial: Una dieta sensorial es un conjunto de actividades diseñadas para darle al niño la información sensorial que necesita. Según las necesidades sensoriales del niño, estas actividades pueden ir desde balancearse y saltar hasta actividades más suaves, como colorear.
Fomento de la comunicación
La comunicación eficaz puede ser un obstáculo tanto para usted como para su hijo con autismo. Sin embargo, las estrategias correctas pueden mejorar significativamente la comprensión y las interacciones sociales.
Hable con claridad y utilice frases sencillas: Elige frases directas como «Ponte los zapatos» en lugar de frases ambiguas como «¿Podrías prepararte?» Siempre haga una pausa breve después de hablar para que su hijo tenga tiempo de procesar la información y formular una respuesta.
Utilice ayudas visuales: Nunca subestimes el poder de la comunicación no verbal. Para los niños a los que la interacción verbal les resulta abrumadora, considere la posibilidad de utilizar un «tablero de comunicación» con las necesidades y los sentimientos básicos para que su hijo pueda señalar lo que quiere decir y hacer que la interacción sea menos estresante para ambas partes.
Prueba las señales táctiles: Los gestos simples, como tocar suavemente el brazo o guiar la mano de su hijo, pueden servir como formas de comunicación complementarias y eficaces. Para aprovechar esto, establezca una serie de gestos o señales simples que usted y su hijo entiendan, creando un lenguaje «interno» para que los intercambios sean más rápidos y menos frustrantes.
Ofrezca opciones: Ofrecer opciones fomenta la interacción verbal y no verbal. Por ejemplo, cuando ofrezcas comida, podrías decir: «¿Quieres una manzana o un plátano?» mientras se muestran ambas frutas. Esto no solo ayuda al niño a tomar una decisión, sino que también fomenta la comprensión a través de señales multisensoriales.
Modele el comportamiento y el lenguaje: Los niños aprenden observando e imitando. Utilice las rutinas diarias como oportunidades para modelar la comunicación verbal y no verbal. Narra tus acciones y expresa tus sentimientos abiertamente. Por ejemplo, di: «Estoy lavando los platos ahora», mientras realizas la tarea, con un comentario continuo que combine las acciones con las palabras.
Gestión de los comportamientos repetitivos
Un desafío importante al que se enfrentan muchos niños con autismo es la participación en conductas repetitivas. Estas pueden ir desde acciones físicas, como aletear las manos o mecerse, hasta rutinas más complejas o obsesionarse con temas específicos. Si bien estos comportamientos pueden resultar desconcertantes o incluso preocupantes para los padres, comprender su naturaleza y saber cómo manejarlos puede marcar una gran diferencia. Los comportamientos repetitivos suelen cumplir funciones específicas para los niños con autismo. Pueden brindar consuelo, ayudar al niño a sobrellevar la sobrecarga sensorial o simplemente ser una forma de expresar entusiasmo o ansiedad. Reconocer que estos comportamientos son una forma de comunicación o autorregulación es el primer paso para abordarlos.
Estrategias para responder a las conductas repetitivas
Identifique los factores desencadenantes y los patrones: Observe cuándo y dónde se producen estos comportamientos. ¿Son más frecuentes en ciertos entornos o después de eventos específicos? Comprender los patrones puede ayudar a crear estrategias eficaces.
Cree un entorno estructurado: Los niños con autismo suelen prosperar en entornos predecibles. Establecer rutinas puede reducir la ansiedad y la necesidad de comportamientos repetitivos como mecanismos de afrontamiento.
Fomente las alternativas positivas: Si una conducta repetitiva es perjudicial o perjudicial para la sociedad, puede resultar útil enseñarle una conducta alternativa que satisfaga la misma necesidad. Por ejemplo, si un niño golpea las superficies de forma repetitiva con fuerza, enseñarle a dar golpecitos suaves o a tocar un juguete silencioso específico puede ser una mejor alternativa.
Consulte a profesionales para recibir terapia conductual: Las terapias conductuales, como el análisis conductual aplicado (ABA), pueden ser fundamentales para controlar las conductas repetitivas. Estas terapias se centran en comprender las razones detrás de las conductas y en enseñar nuevas habilidades para reducir la necesidad de estas acciones repetitivas.
Celebra las pequeñas victorias: Reconozca y elogie a su hijo cuando maneje con éxito sus conductas repetitivas. El refuerzo positivo puede ser un poderoso motivador para el cambio.
Comprensión y paciencia: la clave del éxito
Es importante recordar que manejar la sensibilidad sensorial, mejorar la comunicación y controlar las conductas repetitivas es un viaje. No todas las estrategias funcionarán para todos los niños y los cambios no se producirán de la noche a la mañana.
La paciencia, la comprensión y la voluntad de adaptar su enfoque son cruciales. Colaborar con profesionales de la salud y ponerse en contacto con otros padres para obtener apoyo y asesoramiento también puede brindar información invaluable.
Navegar por el mundo del autismo puede ser un viaje desafiante, pero también está lleno de oportunidades para el crecimiento personal y experiencias de creación de vínculos invaluables. Al aplicar estas estrategias y buscar nuevos métodos para entender el mundo de su hijo, sepa que cuenta con el respaldo de una comunidad de profesionales y compañeros que entienden lo que está atravesando. Lo invitamos a acceder a nuestra biblioteca de recursos o a ponerse en contacto directamente con nuestro
Your Child’s Score is
0-15
Baja sensibilidad sensorial
16-30
Sensibilidad sensorial moderada
31-45
Alta sensibilidad sensorial
46-60
Sensibilidad sensorial muy alta
0-15: Baja sensibilidad sensorial
Interpretación: Su hijo presenta niveles bajos de sensibilidad sensorial, que por lo general se encuentran dentro del rango de desarrollo típico.
Recomendación: Por lo general, no es motivo de preocupación. Si tienes preocupaciones específicas o notas un cambio repentino de comportamiento, consulta a un profesional de la salud para que te haga una evaluación exhaustiva.
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Baja sensibilidad sensorial
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Sensibilidad sensorial moderada
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Alta sensibilidad sensorial
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Sensibilidad sensorial muy alta
16-30: Sensibilidad sensorial moderada
Interpretación: Su hijo muestra una sensibilidad sensorial moderada, lo que puede justificar la intervención.
Recomendación: Considera la posibilidad de realizar actividades que favorezcan los sentidos, los juguetes o la ropa sensorialmente sensibles, como auriculares con cancelación de ruido y mantas pesadas, para mejorar la comodidad. Si los síntomas persisten, consulta a un profesional de la salud.
0-15
Baja sensibilidad sensorial
16-30
Sensibilidad sensorial moderada
31-45
Alta sensibilidad sensorial
46-60
Sensibilidad sensorial muy alta
31-45: Alta sensibilidad sensorial
Interpretación: Su hijo tiene una sensibilidad sensorial superior a la media que puede interferir con su funcionamiento diario.
Recomendación: Solicite una evaluación detallada por parte de profesionales de la salud para conocer las opciones de terapia de integración sensorial y las posibles modificaciones ambientales.
0-15
Baja sensibilidad sensorial
16-30
Sensibilidad sensorial moderada
31-45
Alta sensibilidad sensorial
46-60
Sensibilidad sensorial muy alta
46-60: Sensibilidad sensorial muy alta
Interpretación: Su hijo demuestra niveles altos de sensibilidad sensorial que podrían interferir significativamente con la vida diaria.
Recomendación: Si su hijo muestra este nivel de sensibilidad sensorial, es muy recomendable que consulte con un profesional de la salud para una evaluación multidisciplinaria. Es probable que te dirijan hacia programas de intervención temprana y apoyo especializado.
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