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Salud mental

Entender la depresión

Sr. Hershel Wertheimer

Directora ejecutiva de Condado de Hamaspik Kings

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Decimos este tipo de afirmaciones todo el tiempo, pero no capturan con precisión la experiencia de la depresión clínica. Una persona que tuvo un día difícil en el trabajo o que obtuvo una calificación baja en un examen está triste, molesta o decepcionada. Se trata de un estado emocional temporal, no de una depresión real.

La depresión clínica abarca mucho más que simplemente sentirse deprimido; es un estado emocional, físico y cognitivo integral que impide el funcionamiento normal, haciendo que incluso las tareas simples parezcan insuperables.

Además, la depresión no es una afección única; es un término que abarca varios trastornos específicos, cada uno con sus criterios, manifestaciones e implicaciones únicos.

Comprender los matices de estos trastornos es crucial para reconocer la gravedad de la depresión clínica y la importancia de buscar la atención y el apoyo adecuados. Profundicemos en cada uno de estos trastornos para descubrir sus características distintivas, descubrir cómo es para quienes viven con ellos y aprender maneras de afrontar la depresión.

Tipos de depresión

La depresión no siempre es igual para todos. Si bien muchas personas asocian la depresión con la tristeza o la falta de energía, puede manifestarse de diversas maneras según la persona y las circunstancias.

1. Trastorno depresivo mayor (MDD)

Esta es la forma más común de depresión. El trastorno depresivo mayor es una afección médica diagnosticable que requiere criterios específicos para poder recibir un diagnóstico:

  1. Varios síntomas: Para recibir un diagnóstico de trastorno depresivo mayor, las personas deben experimentar al menos cinco de los siguientes nueve síntomas durante la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos dos semanas:
  • Estado de ánimo triste, ansioso o «vacío» persistente
  • Disminución del interés o el placer en todas o la mayoría de las actividades
  • Pérdida de peso significativa cuando no se está haciendo dieta, aumento de peso o disminución o aumento del apetito
  • Insomnio o hipersomnia (sueño excesivo)
  • Agitación física (inquietud) o lentitud en los movimientos y el habla
  • Fatiga o pérdida de energía
  • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva e inapropiada
  • Disminución de la capacidad de concentración o indecisión
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio
  • Impacto en la vida diaria: los síntomas deben causar angustia o deterioro significativo en las áreas sociales, ocupacionales u otras áreas importantes del funcionamiento.
  1. No atribuible a sustancias o afecciones médicas: los síntomas no pueden deberse a los efectos fisiológicos de una sustancia (por ejemplo, abuso de drogas, medicamentos) u otra afección médica.
  1. Distinto de otros condiciones de salud mental: Los síntomas no se deben a otro trastorno mental, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
  1. Exclusión de episodios maníacos: la persona no ha experimentado un episodio maníaco o hipomaníaco.

Un estimado 7% de la población estadounidense sufre un trastorno depresivo mayor, lo que lo convierte en uno de los diagnósticos de salud mental más comunes. La gravedad del TDM puede variar ampliamente entre las personas, desde leve a grave.

Las opciones de tratamiento para el TDM son diversas y, a menudo, muy eficaces. La terapia cognitiva para el trastorno depresivo mayor suele ser útil, al igual que los medicamentos antidepresivos, como los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina). Evaluar la depresión y buscar tratamiento puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas afectadas.

2. Trastorno depresivo persistente (PDD)

El trastorno depresivo persistente, también conocido como distimia, es una forma prolongada de depresión que, si bien generalmente es más leve que el trastorno depresivo mayor (TDM), afecta significativamente la vida diaria de una persona.

La distimia, que a menudo se percibe como la forma «crónica» de depresión, se caracteriza por un estado de ánimo bajo persistente que dura años, pero no alcanza la gravedad intensa de la depresión mayor. Las personas con trastorno de estrés postraumático pueden mantener sus actividades cotidianas, como el trabajo y las responsabilidades del hogar, pero viven bajo el peso de un estado de ánimo perpetuo.

Esta afección es más persistente y se define por síntomas que duran al menos dos años en adultos o un año en niños y adolescentes. Durante este período, la depresión puede fluctuar en intensidad, pero está presente la mayoría de las veces, por lo que los síntomas deben persistir durante al menos dos meses cuando aparece.

Para recibir un diagnóstico de PDD, es necesario experimentar dos o más de los siguientes seis síntomas:

  • Disminución del apetito o comer en exceso, lo que afecta la salud física y el bienestar.
  • Experimentar insomnio o dormir en exceso, lo que afecta los niveles de energía y el estado de ánimo.
  • Baja energía persistente o sensación de agotamiento, lo que dificulta la gestión de las tareas diarias.
  • Percepciones negativas continuas de uno mismo.
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones, lo que perjudica la vida personal y profesional.
  • Un sentimiento persistente de pesimismo sobre el futuro.

Al igual que en el caso del TDM, para recibir el diagnóstico de este trastorno, los síntomas deben interrumpir significativamente el funcionamiento diario y no ser el resultado de sustancias u otras afecciones médicas. No pueden ser explicados por otra persona diagnóstico de salud mental, y la persona no debe haber tenido un episodio maníaco o hipomaníaco.

Las formas de afrontar la depresión incluyen la psicoterapia, que proporciona estrategias valiosas para controlar los síntomas, mejorar la autoestima y cambiar los patrones de pensamiento negativos, mientras que los medicamentos, como los antidepresivos, pueden ayudar a regular el estado de ánimo y aliviar algunos de los síntomas físicos del trastorno.

3. Trastorno afectivo estacional (SAD)

El trastorno afectivo estacional (TAE) es una forma de depresión que aparece en momentos específicos del año, generalmente durante los meses menos soleados de otoño e invierno.

La aparición del trastorno afectivo estacional generalmente ocurre en la edad adulta, y la prevalencia aumenta a medida que uno envejece; es poco frecuente en personas menores de 20 años. A las mujeres se les diagnostica el trastorno afectivo estacional con más frecuencia que a los hombres.

Se cree que la afección se debe a un desequilibrio químico en el cerebro inducido por la reducción de la exposición a la luz solar, junto con un aumento de la producción de melatonina durante los períodos más oscuros, lo que afecta los patrones de sueño y el estado de ánimo.

Los síntomas del trastorno afectivo estacional son diversos y, por lo general, incluyen:

  • Un aumento notable del sueño y la somnolencia diurna.
  • Pérdida de interés y placer en actividades que antes eran agradables.
  • Tendencia al aislamiento social y a una mayor sensibilidad al rechazo.
  • Irritabilidad y ansiedad.
  • Sentimientos persistentes de culpa y desesperanza.
  • Fatiga crónica o un nivel de energía constantemente bajo.
  • Disminución de la capacidad de enfoque o concentración.
  • Dificultad para pensar con claridad.
  • Un aumento del apetito por los dulces y los carbohidratos, que a menudo conduce a un aumento de peso.
  • Síntomas físicos, como dolores de cabeza.

Estos síntomas son cíclicos, por lo general aparecen en la misma época cada año y mejoran con el cambio de estación.

El tratamiento eficaz del trastorno afectivo estacional puede incluir una combinación de estrategias dirigidas a aliviar los síntomas y mejorar el bienestar general. Los consejos para superar la depresión incluyen maximizar la exposición a la luz solar natural pasando tiempo al aire libre o sentado cerca de las ventanas, y utilizar la fototerapia mediante cajas de luz especiales para simular la luz solar.

Psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual o interpersonal, pueden ayudar a ajustar los patrones de pensamiento negativos y mejorar los mecanismos de afrontamiento, y los medicamentos antidepresivos pueden corregir los desequilibrios químicos subyacentes.

En conjunto, estos consejos para superar la depresión pueden mitigar significativamente el impacto del trastorno afectivo estacional y ayudar a las personas a llevar una vida más equilibrada y satisfactoria durante las estaciones difíciles.

¿La depresión es una discapacidad?

Muchas personas se preguntan: ¿la depresión es una discapacidad? La respuesta corta es: sí, puede serlo.

Si bien no todas las personas con depresión califican para estado de discapacidad, la depresión persistente puede interferir significativamente con la capacidad de una persona para funcionar en la vida diaria. Cuando síntomas como la fatiga, la falta de motivación y la angustia emocional impiden que una persona trabaje, socialice o asuma sus responsabilidades, la ley estadounidense puede clasificarla como discapacidad.

De hecho, la Ley de estadounidenses con discapacidades (ADA) reconoce el trastorno depresivo mayor como una afección de salud mental que puede calificar como una discapacidad protegida.

Esto significa que las personas pueden tener derecho a adaptaciones razonables en el lugar de trabajo, como horarios modificados, descansos adicionales u opciones de trabajo remoto, si su condición limita sustancialmente las actividades principales de la vida.

Además, las personas con depresión incapacitante pueden calificar para el Seguro de Incapacidad del Seguro Social (SSDI) o el Seguro de Ingreso Suplementario (SSI) si cumplen con criterios específicos de historial médico y laboral. Por lo general, un profesional de salud mental con licencia debe proporcionar documentación y, con frecuencia, el proceso implica una evaluación formal por parte del Seguro Social.

Es importante tener en cuenta que etiquetar la depresión como una discapacidad no se trata de limitar el potencial de una persona; se trata de reconocer los desafíos reales a los que se enfrenta y de asegurarse de que recibe el apoyo que necesita para recuperarse y prosperar.

Reflexiones finales

Comprender los diferentes tipos de depresión puede ayudar a que usted o su ser querido se sientan vistos y apoyados. Independientemente de si los síntomas son leves o más graves, reconocer el tipo específico de depresión es un primer paso crucial para lograr una atención eficaz.

Con el tratamiento y el apoyo adecuados, la mayoría de las personas con depresión pueden experimentar alivio y recuperar un sentido de propósito y alegría en la vida diaria.

Si usted o un ser querido está luchando contra la depresión, hay ayuda disponible. El equipo de Hamaspik puede guiarte a través de tus opciones y conectarte con los sistemas de apoyo que hacen que la vida vuelva a ser más manejable. Póngase en contacto con nosotros hoy mismo!

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Sensibilidad auditiva

Mi hijo es sensible a los ruidos fuertes
(p. ej., sirenas, aspiradora).

Mi hijo busca sonidos o tipos de música específicos y parece más tranquilo cuando los escucha.

Sensibilidad táctil

A mi hijo le irritan ciertas telas o etiquetas en la ropa.

Mi hijo parece indiferente a las sensaciones que suelen ser dolorosas o a las temperaturas extremas.

Sensibilidad visual

Mi hijo es sensible a las luces brillantes o parpadeantes.

Mi hijo tiende a evitar el contacto visual.

Sensibilidad al gusto y al olfato

Mi hijo prefiere constantemente los alimentos blandos y rechaza los alimentos con sabores o especias fuertes.

Mi hijo busca olores fuertes o inusuales, como oler comida u objetos.

Sensibilidad propioceptiva

Mi hijo prefiere los abrazos fuertes o que lo envuelvan en una manta.

Mi hijo no es consciente de la posición del cuerpo en el espacio (por ejemplo, a menudo choca con cosas).

Sensibilidad social

Mi hijo se pone ansioso o angustiado en espacios abarrotados.

Mi hijo duda o se resiste a las actividades de escalada o equilibrio (por ejemplo, gimnasios en la jungla, balancines).

Sensibilidad al movimiento

A mi hijo no le gustan los movimientos rápidos o giratorios

Sensibilidad vestibular

Mi hijo se pone ansioso o angustiado en espacios abarrotados.

Mi hijo duda o se resiste a las actividades de escalada o equilibrio (por ejemplo, gimnasios en la jungla, balancines).

Please answer all questions before submitting.

Your Child’s Score is

  • 0-15

    Baja sensibilidad sensorial

  • 16-30

    Sensibilidad sensorial moderada

  • 31-45

    Alta sensibilidad sensorial

  • 46-60

    Sensibilidad sensorial muy alta

0-15: Baja sensibilidad sensorial

  • Interpretación: Su hijo presenta niveles bajos de sensibilidad sensorial, que por lo general se encuentran dentro del rango de desarrollo típico.
  • Recomendación: Por lo general, no es motivo de preocupación. Si tienes preocupaciones específicas o notas un cambio repentino de comportamiento, consulta a un profesional de la salud para que te haga una evaluación exhaustiva.
  • 0-15

    Baja sensibilidad sensorial

  • 16-30

    Sensibilidad sensorial moderada

  • 31-45

    Alta sensibilidad sensorial

  • 46-60

    Sensibilidad sensorial muy alta

16-30: Sensibilidad sensorial moderada

  • Interpretación: Su hijo muestra una sensibilidad sensorial moderada, lo que puede justificar la intervención.
  • Recomendación: Considera la posibilidad de realizar actividades que favorezcan los sentidos, los juguetes o la ropa sensorialmente sensibles, como auriculares con cancelación de ruido y mantas pesadas, para mejorar la comodidad. Si los síntomas persisten, consulta a un profesional de la salud.
  • 0-15

    Baja sensibilidad sensorial

  • 16-30

    Sensibilidad sensorial moderada

  • 31-45

    Alta sensibilidad sensorial

  • 46-60

    Sensibilidad sensorial muy alta

31-45: Alta sensibilidad sensorial

  • Interpretación: Su hijo tiene una sensibilidad sensorial superior a la media que puede interferir con su funcionamiento diario.
  • Recomendación: Solicite una evaluación detallada por parte de profesionales de la salud para conocer las opciones de terapia de integración sensorial y las posibles modificaciones ambientales.
  • 0-15

    Baja sensibilidad sensorial

  • 16-30

    Sensibilidad sensorial moderada

  • 31-45

    Alta sensibilidad sensorial

  • 46-60

    Sensibilidad sensorial muy alta

46-60: Sensibilidad sensorial muy alta

  • Interpretación: Su hijo demuestra niveles altos de sensibilidad sensorial que podrían interferir significativamente con la vida diaria.
  • Recomendación: Si su hijo muestra este nivel de sensibilidad sensorial, es muy recomendable que consulte con un profesional de la salud para una evaluación multidisciplinaria. Es probable que te dirijan hacia programas de intervención temprana y apoyo especializado.

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