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Las personas con discapacidades intelectuales pueden presentar una variedad tan amplia de discapacidades que le sorprendería saber que comparten el mismo diagnóstico. Esto se debe a que la «discapacidad intelectual» es un término amplio que abarca una amplia gama de síntomas.
Entonces, ¿qué es la discapacidad intelectual? Esta es una descripción general rápida de la afección, que incluye los signos de la discapacidad intelectual, la forma en que se diagnostican y las intervenciones disponibles.
Para que se le diagnostique una discapacidad intelectual, una persona debe cumplir estos tres criterios:
Exploremos esto en detalle.
El funcionamiento intelectual se evalúa mediante Pruebas de coeficiente intelectual. Una prueba de coeficiente intelectual es solo una pieza de este rompecabezas, pero es importante. Un coeficiente intelectual inferior al promedio puede indicar un deterioro del funcionamiento intelectual. Sin embargo, una persona con un funcionamiento intelectual deficiente también puede tener dificultades con:
Si bien las pruebas de coeficiente intelectual son una medida objetiva útil de la inteligencia general, no son 100% confiables. Es posible que algunas personas tengan dificultades para concentrarse durante la prueba o carezcan de la experiencia vital necesaria para responder a ciertas preguntas basadas en el conocimiento, lo que resulta en puntajes inferiores a la media. Quienes administren la prueba deben usar su criterio clínico al interpretar los resultados.
Una persona con una conducta adaptativa alterada puede tener dificultades con las habilidades sociales o prácticas necesarias para vivir de forma independiente. Las personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo suelen tener dificultades para:
Las habilidades de adaptación a menudo se evalúan hablando con los padres, los maestros y otras personas que interactúan con el niño. Los padres, los maestros o los proveedores de atención médica suelen señalar sus preocupaciones basándose en los hitos incumplidos o en las evaluaciones del desarrollo.
Las habilidades de adaptación también se pueden evaluar mediante una prueba estandarizada como la Sistema de evaluación del comportamiento adaptativo (ABÁS).
En resumen, el diagnóstico de trastornos intelectuales requiere deficiencias en la inteligencia general y en las habilidades para la vida, y todas estas deficiencias deben ser evidentes antes de los 22 años. La identificación temprana es clave, ya que permite la intervención oportuna, el apoyo y las estrategias de desarrollo de habilidades que pueden ayudar a las personas a llevar una vida más independiente y plena.
Las discapacidades intelectuales y del desarrollo varían ampliamente. Para comprender mejor las necesidades únicas de cada niño, el diagnóstico suele clasificarse en cuatro niveles:
Las personas con discapacidades intelectuales leves a menudo se enfrentan desafíos en la escuelaEs posible que yo y yo necesitemos apoyo adicional. Con la orientación adecuada, por lo general pueden aprender habilidades prácticas para la vida y mantener la independencia.
Una persona con una discapacidad intelectual leve suele tener un coeficiente intelectual de entre 50 y 70. Aproximadamente el 85% de las personas diagnosticadas con una discapacidad intelectual entran en esta categoría.
Las discapacidades intelectuales moderadas pueden afectar desarrollo del lenguaje, que a menudo requieren apoyo continuo en las actividades diarias y las interacciones sociales. Con una intervención adecuada, las personas pueden adquirir habilidades básicas de comunicación y cuidado personal. Un coeficiente intelectual entre 35 y 50 es típico para este nivel.
Las personas con discapacidades intelectuales graves se enfrentan a importantes desafíos en la comunicación, el aprendizaje y las tareas diarias. A menudo requieren una asistencia sustancial y se benefician de un entorno estructurado y de apoyo. Una persona con una discapacidad intelectual grave suele tener un coeficiente intelectual de entre 20 y 35.
Este nivel es poco frecuente y afecta solo a alrededor del 1,5% de las personas diagnosticadas con discapacidades intelectuales. La mayoría de las personas con discapacidades intelectuales profundas tienen afecciones o discapacidades médicas concurrentes.
Sus graves deficiencias cognitivas a menudo dan como resultado una capacidad de comunicación limitada o nula, y requieren apoyo constante para sus necesidades básicas, como la movilidad y las actividades de la vida diaria. Un coeficiente intelectual inferior a 20 es típico de este nivel.
Las personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo suelen tener otras afecciones concurrentes, por lo general las siguientes:
Comprender las afecciones concurrentes que a menudo acompañan a las discapacidades intelectuales y del desarrollo es esencial para brindar atención y apoyo integrales. Estos desafíos adicionales pueden afectar la vida diaria, la comunicación y el bienestar de una persona.
Las discapacidades intelectuales son una afección que dura toda la vida. Sin embargo, con un diagnóstico precoz de la discapacidad intelectual y las intervenciones adecuadas, las personas con esta afección pueden alcanzar muchos hitos importantes, si no todos, y vivir una vida plena y plena.
Según su estado de residencia, su hijo puede reunir los requisitos para servicios de intervención temprana, incluidas las terapias del habla o ocupacionales, diseñadas para apoyar su progreso en el desarrollo desde una edad temprana.
Los programas de educación especial pueden brindar experiencias educativas personalizadas a través de planes de lecciones modificados, instrucción individualizada y servicios de apoyo específicos, que a menudo se formalizan en un plan de educación individualizado (IEP).
Además, los enfoques conductuales y terapéuticos, como los dirigidos por psicólogos, terapeutas de ABA o profesionales de la salud mental, pueden ayudar abordar los comportamientos adaptativos como las habilidades sociales y la regulación emocional.
A medida que las personas con discapacidades intelectuales pasan a la edad adulta, formación profesional y el apoyo a la vida independiente se vuelve cada vez más importante, ya que ofrece programas de desarrollo de habilidades, orientación laboral y asistencia para garantizar oportunidades de empleo significativas.
La crianza de los hijos en general no es una tarea sencilla, y criar a un niño con discapacidades intelectuales es aún más difícil. Es importante aceptar el apoyo disponible, ya sea de programas gubernamentales, de amigos que te apoyen o de la comunidad en general.
Con un sistema de apoyo sólido y mucha paciencia, usted y su hijo pueden vivir una vida de crecimiento, conexión y logros significativos. Hamaspik está aquí para guiarlo y apoyarlo en cada paso del camino:comunícate hoy para obtener más información sobre cómo podemos ayudar.
Baja sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial moderada
Alta sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial muy alta
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Baja sensibilidad sensorial
Sensibilidad sensorial moderada
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16-30: Sensibilidad sensorial moderada
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31-45: Alta sensibilidad sensorial
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46-60: Sensibilidad sensorial muy alta